LA EDUCACIÓN
MUSICAL EN LA EDUCACIÓN INFANTIL.
La Educación musical en Educación Infantil
tiene como finalidad principalmente:
Educar la
sensibilidad para, a través de ella, captar el mensaje musical (comprender la
música).
Desarrollar las
capacidades y cualidades musicales.
Educar el oído,
la voz y el ritmo (los 3 elementos imprescindibles de la educación en esta
etapa).
Estos serán, por tanto, los objetivos
generales a lo largo de la etapa, para lo cual el niño ha de adquirir una
educación auditiva relacionada con los conceptos del sonido y silencio:
o
Un descubrimiento de las cualidades del
sonido.
o
Una educación rítmica, del canto y la
danza.
La educación sensorial tiene un lugar
primordial en la educación musical, ya que será el punto de partida para
despertar otras facultades humanas.
Los medios a emplear han de ser activos y
estimulantes, de tal manera que:
·
Inciten a la curiosidad del niño hacia
los sonidos.
·
Despierten el interés hacia los ritmos,
melodías y movimientos corporales.
Es decir, experiencias vivenciales sin tener
que profundizar en los conocimientos. Los juegos y ejercicios que se promueven
a este nivel irán dirigidos a trabajar:
·
La discriminación visual, auditiva y
táctil.
·
El conocimiento del espacio, sus
direcciones y formas.
·
La precisión de movimientos.
·
El equilibrio.
·
Nociones temporales, sobre todo la de
orden.
Y además desarrollarán:
·
La memoria visual y auditiva.
·
La sensibilidad.
·
La capacidad estética.
·
Armonía gestual.
·
La imaginación.
·
La creatividad.
Las actividades no sólo cubrirán un único fin
pedagógico, ya que en ellas se responde a diferentes aspectos y objetivos. Por
lo tanto, hablaremos de actividades de expresión global y su nivel de
realización tendrá un carácter progresivo. De aquí que se concluye que en la
Educación musical se da un proceso de aprendizaje en el que se distinguen dos
momentos consecutivos:
·
Trabajo inconsciente, en el que el niño
escucha o expresa a través de la música, sin darse cuenta de ello.
·
Trabajo consciente, en el que el
educador, oportuna y progresivamente, irá haciendo consciente al niño de sus
propios aprendizajes.
En este proceso de aprendizaje se suceden
varias etapas:
ESCUCHAR un amplio abanico de sonidos en el que
ya puede empezar a ver y distinguir los diferentes sonidos.
IMITAR en un principio, una mera repetición
de sonidos sin tener consciencia de lo que ha repetido y poco a poco, será
capaz de reproducir conscientemente lo que ha escuchado. Estos ensayos
(imitaciones y repeticiones) son imprescindibles para conseguir el dominio de
las habilidades musicales que permiten la interpretación de los sonidos
escuchados.
RECONOCER y distinguir entre diferentes sonidos
escuchados anteriormente. A través del reconocimiento el niño identifica lo que
escucha.
REPRODUCIR,
repetir sin un modelo inmediato lo que anteriormente ha escuchado y ha imitado.
EL
DESCUBRIMIENTO DEL SONIDO Y EL SILENCIO.
Desde el momento del nacimiento, al principio
de una forma indiscriminada, el niño es sensible a los sonidos, pero con el
paso de las semanas y meses va perfilando sus posibilidades discriminatorias.
El niño descubre los sonidos y asocia
fácilmente el sonido con la situación emotiva en la que se produce. Para que el
niño llegue a conocer adecuadamente los sonidos, son indispensables dos
condiciones:
·
Que se repitan con cierta frecuencia.
·
Que después de los comienzos de su
percepción, al sonido se le asocien la palabra que define la persona, objeto o
situación de aquello que está sonando.
DESCUBRIMIENTO
DE LAS CUALIDADES DEL SONIDO.
El oído es el órgano principal del
entendimiento auditivo. El oído está casi totalmente desarrollado al nacer, lo
que aún no está desarrollado son las áreas que contienen los órganos
sensoriales de la audición y esto hace que la audición se encuentre en el nivel
más bajo de todas las sensibilidades.
El niño reacciona ante los sonidos con
parpadeo, sacudida del cuerpo, llanto,... de 1'5 a los 3 años se va
desarrollando progresivamente la identificación y discriminación de los
diferentes sonidos. Después de los 3 años puede discriminar un elemento dentro
de un determinado sonido (cama-casa). Así reconocerá melodías y podrá seguir el
compás de un ritmo fácil.
Los sonidos no sólo se oyen. Con su propio
cuerpo o con los objetos que manipula, el niño también puede crear sonidos.
Descubre esta capacidad a muy temprana edad y experimenta con todo aquello que
suena, su voz, las modulaciones de los sonidos que surgen de su garganta o su
boca, sus manos que golpean alguna parte de su cuerpo o cualquiera de los
objetos a su alcance.
En esta etapa el niño aprende a distinguir
una cosa de la otra, a la vez que adquiere un lenguaje que le permite definir
las cualidades de cada una de estas cosas. Igualmente, aprenden a diferenciar
las cualidades de los sonidos. Éstas, con algunos de sus atributos, son las
siguientes:
ALTURA: depende de la rapidez con que se
produzcan las vibraciones de los cuerpos sonoros. A más rapidez, más
vibraciones, y, por lo tanto, mayor elevación del sonido.
El movimiento ascendente y descendente de los
sonidos se realizará con la voz, la flauta o armónica; es decir instrumentos
simples en los que se ve muy bien el paso de lo grave a lo agudo.
Los juegos con sonidos graves y agudos se
trabajarán progresivamente con una dificultad creciente, con el fin de fomentar
en el niño la atención, ya que paulatinamente los sonidos estarán cada vez
menos alejados entre sí. Desde pequeños acostumbraremos a los niños a retener
sonidos e imitan pequeñas melodías con el mismo criterio de dificultad
creciente.
Comparemos las diferencias de agudo y grave:
primero, en los materiales conocidos y, después, se buscarán otros nuevos que
puedan clasificarse y ordenarse según la altura del sonido.
INTENSIDAD: depende de la amplitud de las
vibraciones y ésta a su vez depende de la fuerza con que se haya producido esa
vibración. Puede ser fuerte o débil, con ella se reflejan el énfasis y los
sentimientos.
Para enseñar a los niños la diferente
intensidad de los sonidos, se aprovecharan los momentos en que se produzcan
dichos sonidos: un trueno, lluvia, un frenazo de un coche,...
DURACIÓN: es el valor temporal de las cosas,
sonidos largos o cortos.
TIMBRE: (o color) sonidos producidos por
diferentes materiales las diferencias tímbricas no sólo dependen de las
características del cuerpo sino también de la forma de tocarlo. Así, es
diferente rasgar, golpear,... por eso un mismo sonido suena diferente si es
tocado por diferentes instrumentos.
Adecuar el oído a la discriminación tímbrica
se consigue mediante la práctica de escuchar los diferentes sonidos de la vida
diaria. Así el oído se va acostumbrando a las diferencias de timbre y con su
memorización o retención reconocerá objetos, instrumentos, etc.
DESCUBRIMIENTO
DE LAS CUALIDADES DEL SILENCIO.
Sólo a partir del silencio puede iniciarse
una educación del oído y, en definitiva, una educación musical.
El silencio desde el punto de vista real,
constituye la ausencia total de sonido. El silencio absoluto no existe, pues
continuamente se están produciendo sonidos. Desde el punto de vista musical, el
silencio puede tener diversos significados:
·
Interrupción, más o menos larga, del
canto o discurso instrumental que se indica con signos especiales en la música
escrita.
·
Significación expresiva.
El silencio, en el discurso musical, tiene un
rol expresivo igual que el del sonido. La educación del silencio permite seguir
una mayor agudeza del oído. La adquisición de esta noción y su automatismo es
una consecuencia normal de la vivencia del sonido.
El objetivo principal es que los niños sean
sensibles al silencio. Esta ejercitación contribuirá significativamente a la
adquisición del sentido del orden.
El proceso de captación de los sonidos y
silencios sigue varias fases:
El maestro
proporciona un ambiente adecuado al niño a través de actividades cotidianas.
El maestro hará
que el niño tome conciencia de la discriminación, haciéndole sentir el
silencio.
Ejercitación
sistemática de esa discriminación en la que el niño tiene mayor conciencia y
discrimina más claramente ambos conceptos.
El niño hace
música organizando los sonidos y los silencios. Es capaz de inventar una
pequeña música en la que tiene en cuenta, silencios, cuando se dan estos,
compases.
Entre los 5-6
años, los niños aprenden a escoger el ambiente sonoro adecuado. El niño ha
asimilado las diferencias y toma las decisiones a nivel personal.
CARACTERÍSTICAS
Y CRITERIOS DE SELECCIÓN DE LAS ACTIVIDADES MUSICALES.
Los principales elementos de la música con el
ritmo, la melodía y la armonía.
El ritmo es el elemento básico e
imprescindible para llegar a la melodía. Cuando ésta aparece lo hace totalmente
integrada en el ritmo, de la cual no se podrá desvincular.
La armonía engloba el ritmo y varias
melodías. Este orden es el que debemos respetar en la sistematización de la
educación musical. En Educación Infantil no se trabaja la armonía, ya que es
necesario haber alcanzado el nivel madurativo completo.
CARACTERÍSTICAS
Y CRITERIOS GENERALES.
A la hora de seleccionar las distintas
actividades musicales el profesor deberá tener en cuenta distintos criterios:
·
El psicopedagógico: deberán respetarse
las edades, intereses y necesidades, características individuales, aptitudes de
los niños proponiéndole en este sentido unos niveles de imitación o de abstracción
según el desarrollo intelectual y motórico observando nivel de concentración y
fatiga.
·
El cultural viene marcado por las
tradiciones, fiestas, folklore,...
·
El tipo de actividad que se vaya a
desarrollar.
·
El nivel social y económico en que se
desenvuelve el grupo.
En cuanto a las características de las
actividades:
·
En las actividades es necesario que
siempre haya variación y equilibrio entre las de poco movimiento corporal y la
de gran excitación.
·
Cuando el maestro observe en el curso
del día poca atención en su grupo, es aconsejable aprovechar cualquier juego de
educación musical. Este servirá como una inyección de energía.
·
Las actividades que se programen
deberán llevarse a cabo en forma progresiva y secuenciada.
·
Es necesario combinar actividades ya
dominadas con los nuevos conocimientos.
·
Los maestros deben tener un repertorio
de juegos y cantos amplio.
·
Las actividades deberán adecuarse al
índice de madurez de los niños.
·
Las actividades musicales deberán
coordinarse en tal forma que a ninguno de los aspectos se le dé más importancia
que a los demás.
CARACTERÍSTICAS
Y CRITERIOS POR EDADES.
LA CANCIÓN
·
La letra de la canción debe poseer
contenidos acordes con los intereses del niño.
·
Lenguaje simple y comprensible, fácil
de memorizar. Para los niños de 3 años lo más recomendable es una sola estrofa.
·
La melodía debe adaptarse a la
extensión vocal de los niños. Se puede comenzar con canciones de tres sonidos
(mi-sol-la) a los 3 años. Los de 4 podrán ampliar el registro y algunos podrán
llegar al “do” agudo. Los de 5 podrán cubrir la extensión “do” grave - “do”
agudo.
·
El ritmo de las canciones no debe
presentar dificultades en la combinación de valores:
o
A los 3 años, el ritmo debe estar
formado por blancas y negras.
o
A los 4 años incluir alguna negra con
puntillo.
o
A los 5 años se pueden emplear corcheas
y semicorcheas.
·
La tonalidad debe ser tenida en cuenta,
no son aconsejables los tonos con muchos sostenidos y bemoles.
Las canciones podemos tomarlas del folklore
regional, canciones infantiles, populares de corro, comba, nanas, imitación de
animales, villancicos.
En cuanto a las canciones rítmicas, que
incluyen canto y movimiento rítmico a la vez, hemos de tener en cuenta que es
muy difícil para los niños realizar las dos cosas a la vez.
AUDICIÓN DE CANCIONES Y MÚSICA GRABADA
·
De 0 a 3 años: oír música significa escucharla, y esto exige una
atención. La atención de los niños pequeños es muy dispersa, de corta duración
y superficial. Hay que ir educándolos lentamente. Su progreso es paralelo a su
maduración.
La audición abarca desde “escuchar” al
educador, que canta una canción o tocar un instrumento (esta actividad es
fundamental para iniciar a los niños en la audición) hasta escuchar la
grabación de algún autor clásico, popular o moderno, buscando por encima de
todo que no sea excitante, pues producirá un efecto contrario (movimiento y
distracción) al que buscamos: atención.
El tipo de audición debe ser muy breve
(escasos minutos). No hay que pretender que los niños estén atentos durante
todo el fragmento, sólo atienden al comienzo y después su atención es
intermitente.
A instancias del educador el niño puede
realizar un trabajo de análisis muy elemental, del contenido musical:
distinguir entre canto y orquesta o entre solista y coro.
·
De 4 a 6 años: lo más importante en este periodo es crear en los niños
el hábito de escuchar música. Después de sus primeras audiciones de canciones,
que contaremos a los pequeños como si de un cuento se tratara, pasaremos, muy
pronto, a la música interpretada con instrumentos musicales en directo o
grabada.
Hay que procurar que lleguen a conocer
algunos fragmentos de obras musicales y sepan el nombre de la obra y del
compositor. Los fragmentos han de ser cortos, nunca se debe cansar ni aburrir.
Los compositores han de hacerse familiares a los niños: ¿Qué hacía Mozart
cuando era pequeño?, ¿De qué color tenía los cabellos Vivaldi?,...
LOS RECURSOS
DIDÁCTICOS.
Si al iniciarse la Educación Musical, los
niños aprenden auditivamente sonidos muy sencillos para poderlos cantar y
tocar, hay que cuidar mucho en esta primera etapa que lo que oigan sea percibido con claridad y justeza, y que
puedan apreciar algunas de las cualidades de dichos sonidos o ritmos.
Diversos medios
audiovisuales pueden utilizarse como recursos para el adiestramiento en la separación de sonidos, para la
iniciación en una composición elemental y para perfeccionar el sentido del
ritmo y la riqueza de repertorios sonoros. Así, pueden seleccionarse trozos
musicales de especial significación o registrarse en cintas magnetofónicas las
propias creaciones infantiles para ser posteriormente analizadas, en un proceso
de feed-back sencillo.
Las técnicas electrónicas ofrecen
posibilidades para el futuro de la educación en el terreno de la creación
musical y la instrumentación.
Así mismo, la conjugación de imagen y sonido que es posible conseguir mediante los
medios audiovisuales (películas, vídeos, cassettes) permiten hacer interesantes
experiencias coordinando por ejemplo, la imagen de la ejecución por el
intérprete con el sonido producido.
Puesto que la Educación Musical se considera
parte integrante de la Educación Infantil, no será preciso cambiar de aula para
realizar las actividades musicales, sino que éstas deberán intercalarse e
interrelacionarse con el resto de las actividades escolares.
Podemos situar en la misma clase un rincón de la música. Su
organización puede basarse en los siguientes elementos:
·
Biblioteca.
·
Mural para poner noticias musicales y
trabajos de los niños.
·
Armario para guardar instrumentos (al
menos uno de cada familia: triángulo (metal), caja china (madera), y pandero
(de parche)).
·
Un espacio para los instrumentos de
artesanía.
·
Radiocasete o reproductor de CD.
·
Cintas o compactos.
·
Armario para guardar material
didáctico: cartones de ritmo, láminas de instrumentos, cajas grandes para
guardar los materiales que traigan los niños para hacer sus instrumentos,
herramientas (para los mayores), flauta o guitarra según sean los conocimientos
del profesor.
Es importante que el niño tenga en orden este
rincón y maneje el material.
Estimado estudiante:
Dramatizar una canción en clase, deben usar vestuario. (actividad grupal).
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